Sin la Garantía vitalicia, sin un papel firmado de que me vas a amar de por vida, de que tienes el único y gran poder de la permanencia no me atrevo a darte  amor.

Te doy mi placer condicionado a la Negación de tu instinto, te manipulo con mi sexualidad si me juras que me perteneces:

Solo bajo esa Garantía me entrego a medias  al Amor, solo así me atrevo a saltar a la vida; eso sí con llantita para no ahogarme por favor….

Es tanto mi miedo a morir que mejor vivo muerto y así me acostumbro, nada pasa, todo es gris, rutinario, monótono.

Me abrazo a mi almohada que desde hace algunas décadas huele al conocido y familiar buque del  aburrimiento

La Vida es amenazante, te regala el sabor de la sorpresa y el dolor te enseña el agradecimiento de la no garantía.

Te da amores furtivos, prohibidos, jugosos…

De esos que en  el último instante te regalan  la pulpa del momento presente.

Olores hipnotizantes, locuras revolucionarias, piernas mojadas.

Prefiero recargarme en los horarios en vez de comer con hambre, elijo pagar un seguro de vida que viajar en el viaje.

Mejor con cuidadito, sin decir lo que siento, agradando al vecino, mejor pretendiendo que nada pasa, que el sistema funciona.

Mejor finjo los orgasmos y te soy fiel, asi me voy al cielo y en mi velorio me llevo el galardón al «Que buena era…»

Mejor así, no vaya ser que me vaya a morir y me duela.

Mejor te dejo esta carta.

Atte:

Tu miedo.