Y qué tal si nos enseñaran a sentir o mejor dicho no mutilaran a nuestro Niño interior, ese mami-fero que por medio de las sensaciones se dirige al calor, lo cálido la teta… Volver a ese instinto certero donde la empatía el contacto y la comunidad son parte de la vida.

Donde no hay diferencia de raza que cause conflicto ni diferencia de género que cause muerte. Donde la igualdad se hace posible pues es causa y efecto de estar en contacto directo con nuestras necesidades y saber cómo auto proveerlas o por lo menos expréselas pacíficamente.

Valdría la pena preguntarse e investigarse dónde se  fragmentó esa calidez humana, donde y para que nos quieren vacíos, insensibles.

Que y quién se alimenta cuándo buscamos felicidad en la forma y no exploramos el fondo.

Donde nos hemos confundido como especie donde una vida humana tiene precio y el dinero se a vuelto en el único mandato y el poder en el Dios verdadero.

Se habló de tocar fondo y me pregunto hasta cuándo tocaremos el propio.

Hasta donde en esta Barbaría resonará la tusa y el apoyo..?

Parece que a propósito y espero con un propósito toda esta confusión lleve a la naturalidad de amarnos.

Que la elección de gente sin conciencia y sin vago conocimiento de ellas mismas estén a cargo de países que se traduce a billones de encarnaciones esperando ser rescatadas de la miseria y el sufrimiento que bien asumido y direccionado permitiría abrazarnos, pues todos en el fondo deseamos lo mismo: 

Ser felices.

Hasta cuándo me pregunto se valorará a la tierra como un ser vivo que siente y se afecta por cada pensamiento emitido por la humanidad que lo habita.

Estamos pariéndonos como Humanidad y cómo lo decía mi maestro Claudio Naranjo ( el único que reconozco por no clasificarse como 

tal, si no acompañar procesos evolutivos)

Rezando que este parto derrame la menor cantidad de sangre posible.

Amapola.